Aprendiendo a volar..

En estas épocas dicen que el amor de pasión y entrega ya no enamora como lo hacía antes. Que lo que enamora realmente es tener los pies bien puestos en la tierra y no perder tu verdadero yo por regalárselo a otra persona. Y si…. hay mucha razón en ello, realmente es mejor volar sin expectativas, volar sabiendo que puedes caer, no entregar el corazón a manos alzada y saber ser dueña de tus propios espacios y tiempos, dejar que este, si se da, no sea un acto de entrega y sacrificio, si no que fluya libremente.

Fluir….fluir…..y nuevamente caer….

¿¿Que es fluir?? Tal vez es creer, tal vez es dejar que esa parte de nosotros que a veces guardamos salga y nos haga flotar un poquito fuera y dentro de nuestro ser, porque empezamos a creer, empezamos a creer que hay alguien que nos quiere de una manera especial, nos ilusiona y nos saca de nosotros volando un rato. Fluir es dejarte llevar, dejar de pensar, darle prioridad al corazón y quitarle un poco de conciencia a la razón (Es por eso que tantas veces uno hace tantas idioteces cuando se deja llevar). Fluir es volar un poco y flotar también, es cegarnos. He ahí la razón de que al estar embriagados de la sustancia que fuera, así sea etérea o alguna emoción hacemos locuras de las que después nos terminamos arrepintiendo. Fluir en sí, es no forzar, simplemente dejar que pase, más que hacer que pase.

El no tener dueño y a la vez tener algo con alguien te somete a cierta incertidumbre, a cierto miedo de estar en la cuerda floja, pero también te da cierta libertad que no te la da una pareja estable, sobre todo en estos tiempos donde el amor romántico sigue siendo patriarcal. ¿Porque no soltarnos las trenzas y confiar en el tiempo, en lo que venga, en el destino quizás, no depender, no someter, que venga quien tenga que llegar y que se vaya quien se tenga que ir? Tal vez vivir el momento, tal vez fluir un poco más sin miedo al mañana.

Muchas veces pensamos, equívocamente, que el verdadero amor radica en la pertenencia y cuanto nos equivocamos, pues nadie es dueño de nadie. El verdadero amor se encuentra en la fe, en creer en uno mismo para poder creer en el otro, en romper las cadenas, en ser libre y en esa libertad encontrar a la otra persona. Y realmente démonos cuenta que esa pertenencia, ese apego, esa dependencia emocional son los verdaderos culpables de nuestros males de amor que después nos dejan vacíos. Porque a veces creemos que el tener una relación con alguien es regalarles nuestra vida, pensamos que no es alguien quien nos complemente si no que enfermamente se vuelve nuestra otra mitad ¿Acaso no nos damos cuenta que de esta manera lo único que estamos haciendo es ahogando una parte del ser que decimos amar? Amar no es restar y restarle vida a esta persona, amar es crecer, dejar ser, ayudar a desarrollarse.

Sin embargo, esto esconde una encrucijada ya que cuando amamos así, a veces nos topamos con personas que aún ven el amor de una forma enfermiza, personas que nos quieren retener con sus inseguridades, y muchas veces al enamorarnos perdemos el juicio y nos dejamos arrasar por este amor enfermizo. ¿Y qué hay de los amores que son como El Perro del Hortelano? ¿Que no comen ni dejan comer? Aquellos amores machistas que en un principio no quieren nada, pero al verte perdida lo quieren todo. Porque por fin se da cuenta que eres bella y vaya que se está cumpliendo el refrán de nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde, porque si, alguna vez fuiste suya…cuando pensabas que la forma de amar era una y te das cuenta que no amabas sanamente.

Luna

Receta:

1/4 de lata de leche condenzada

3 oz de Ron

1 oz e Licor de Chocolate Blanco

Chocolate Negro Rayado

Hielo

Colocar todos los ingredientes en una coctelera, servir y decorar con el chocolate.

Yo no quiero ni libre ni ocupado, ni carne ni pecado ni orgullo ni piedad .Yo no quiero saber porqué lo hiciste Lo que yo quiero muchacho de ojos tristes es que mueras por mí

No es momento para ser cobarde

Y si…me gustas más de lo que piensas y si …hay algo en ti que me enamoro por primera vez solo al verte y si, tu magia me atrapo por primera vez con tu primera mirada, con tu primer encanto inconsciente, de niño. Todo para que al final seas el amor más prohibido…Amor que con esos ojos caramelos tan tuyos, esos ojos que al mirarme me hacen convertirme en polvo de estrellas. Esa química irrefutable tan nuestra que nos atrapa a hacer cada vez más el amor hasta derretirnos en placer y saber que eres dueño de mi vientre y de mi vida.

Sin embargo “Ese secreto que tienes conmigo, nadie lo sabrá” …como dice la canción. Un secreto que nos come la conciencia, un secreto que nos limita a ser.

Este idilio nació hace ya algún tiempo…realmente no sé si con una mirada de un año aquí o con la calentura del mes de Abril en el año 8. Ese momento en el que tú y yo nos conocimos, ya sentíamos ese embrujo, ese hechizo que nos llegó hasta la cien, como un fuego interno. Ese momento que nos llevó a sentirnos atrapados en un mundo tan nuestro, tan artista, tan sutil.

Pero hay miedos y hablemos de estos, los conocemos, esos miedos te matan y a mí me aterran al saber que nos alejan de alguna manera. Esos miedos que interrumpen está loca atracción realmente indescriptible. Lo nuestro es una de esas historias que no se cuentan, una catarsis sin fin.

Ser fugaz que me hace ser fuego cuando mi verdad es nieve. Ser que me conduce por las ramas de ese ser incierto llamado amor, que me lleva a entregarme a un estado de catarsis interno…

Sabemos que esta locura despiadada debe entrar en algún momento en una lógica razón y esto sucede cuando nos da esa resaca interna luego de habernos embriagado de amor, luego de que tus besos mojados escribieran en mi cuerpo tu pasión, pero luego sueltas mi mano, diciendo que hay un tiempo de soledad para cada quien.

¿Por qué aún y a pesar de todo, sentimos esa pasión interminable que nos une y nos secuestra? ¿Que es esa magia sin piedad que nos desgarra al soltarnos las manos y convierte nuestra vida en momentos oscuros?

Te preguntas si dar un paso más para seguir adelante o si esto solo es una locura. Estas travesías del corazón escapan de la razón de una poeta que pensaba tenerlo todo controlado, verdades que nadie sabe entender. ¿Qué quieres de mi bestia insaciable? Me muerdes las entrañas y luego me sueltas la mano. ¿Qué quieres de mí? ¿Por qué?

Y pasa que esta demencia sin nombre es lo que me hace vivir un poco más de la cuenta, cayendo y creyendo en falsas ilusiones….haciéndome expectativas de la nada. Pero dicen que la raíz del amor es creer y yo creo, ser imperfecto. ¿Sera que el amor te hace esto? ¿Sera que ese ser tan demencial te arrastra a la locura de una ilusión sin nombre que te emborracha de felicidad pero por momentos te lleva a noches de ultratumba? Sin embargo estas allí, creyendo y teniendo fe…porque crees en esa persona y en esa insensatez.